Interesante fortaleza de época nazarí cuya importancia está asociada a su posición en zona fronteriza. Existen referencias de que Alicún fue una de las etapas de la expedición llevada a cabo por Alfonso el Batallador contra Granada en 1126. Sin embargo la primera toma de Alicún se produce en 1316 tras la batalla de las Peñas Bermejas, en la que las tropas cristianas comandadas por el Infante don Pedro Ortega Fernández se impusieron a las fuerzas islámicas. Finalmente sería en 1464 cuando el castillo cayó a manos cristianas, pasando en 1465, convirtiéndose en un importante y estratégico bastión desde el que acometer la conquista de Granada. En el año 1498 fue derribado, junto con otros castillos de la zona
Andrés de Ortega concluyó en 1593 la obra de su cuerpo, construido aprovechando parte de la construcción anterior, una iglesia medieval que a su vez se levantó sobre una mezquita. De planta basilical, tiene una nave con dos ventadas a cada lado y 4 hornacinas de estilo renacentista. De la cubierta original, un artesonado mudéjar, se conservan sólo las tirantas. La Capilla Mayor es de planta cuadrada, cubierta con cúpula sobre pechinas, separada de la nave por un arco carpanel rebajado. Se conserva parcialmente el retablo original, de estilo renacentista. Al exterior presenta una sencilla portada con arco de medio punto flanqueado por dos pilastras simples y semiadosadas. Por encima corre un dintel y sobre éste una pequeña basa rematada por una sencilla cruz.
Antiguas yeseras donde subsistían gran parte de los habitantes de esta población y que aún hoy se conservan. Destaca también el monumento religioso que se halla coronando la cima del Cerro de la población. Se trata de la figura de un cristo, sobre el que hay que apuntar que el actual no se corresponde al original, desturido durante la Guerra Civil. Como anécdota acaecida tiempo atrás, durante una fuerte tormenta eléctrica la mano de la escultura fue alcanzada por un rayo. La mano rota se conserva en el Ayuntamiento.